Ejercicios De Fuerza Para Quemar Grasa
Lo primero es entender cómo obtiene energía nuestro cuerpo, esta se extrae de los alimentos que consumimos, los cuales se reducen a moléculas más simples que nuestro cuerpo usa para llenar sus reservas, que son el glucógeno muscular, glucógeno hepático y tejido adiposo.
El cuerpo humano primero usa la energía almacenada en los músculos (glucógeno muscular), después la energía que almacenamos en el hígado (glucógeno hepático) y por último el tejido adiposo. Para explicarlo de manera sencilla, el cuerpo humano los primeros minutos de ejercicio usa las reservas que son más fáciles de usar y estas son las de glucógeno muscular, no importa si es ejercicio de baja o alta intensidad. Si el ejercicio se mantiene a una intensidad baja o moderada y se agotan las reservas de glucógeno muscular el cuerpo usará el glucógeno hepático y por último el tejido adiposo.
Pero esta no es la única forma de quemar grasa, pues si el cuerpo ve que las reservas de glucógeno muscular están bajas y la ingesta de carbohidratos también lo es o no es la suficiente para volver a llenar las reservas de glucógeno, ese día el balance de energía quedará en números negativos y el cuerpo no podrá volver a un equilibrio con los alimentos ingeridos, entonces en esas horas de descanso el cuerpo emplea las reservas de energía que tiene en forma de tejido adiposo para volver a ese equilibrio.
Ventajas de las rutinas de fuerza
Las rutinas con una carga de trabajo media o alta agotan mucho más rápido las reservas de glucógeno muscular en comparación a una rutina de ejercicios cardiovasculares, pero trabajar con cargas tiene una ventaja adicional y es que ayuda a construir músculo y esto se traduce a quemar más calorías en reposo porque la tasa metabólica basal será más alta ya que el cuerpo tiene que mantener este nuevo músculo. Entonces agotaras más rápido las reservas de glucógeno, se hará trabajo de hipertrofia y adicional esa carga ejerce un estímulo que le dirá al cuerpo que no debe perder esa masa muscular porque la necesita para los trabajos de fuerza.
En resumen, tenemos dos formas de quemar grasa: Hacer ejercicio cardiovascular a baja intensidad durante un largo periodo de tiempo y hacer rutinas de fuerza que agoten o dejen bajas las reservas de glucógeno.
